El pasado 3 de octubre se
proyectó en sesión especial Las llaves de
la memoria la última obra del director ecijano Jesús Armesto quien investiga,
reflexiona y expone ante el espectador a través del lenguaje del documental
temas en boga que pocos se atreven a poner sobre la mesa.
El
documental, guiado a través del personaje de Sofía,
versa sobre una joven estudiante universitaria, que inicia su tesis con la que
pretende descubrir la auténtica historia de su pueblo, Andalucía. Intuitiva y
sensible, emprende un viaje que la conducirá a la evocación del silencio que
encuentra en ruinas y espacios históricos, y a revelaciones desconocidas hasta
la fecha que descubrirá en conversaciones con especialistas en la materia.
La realidad y la
ficción se encuentran, tanto en la puesta en escena del film como en el
universo en el que se sumerge su protagonista, donde el valor de la duda es tan
decisivo como el conocimiento propio. Una obra reflexiva que contemporiza el
debate sobre la memoria y el valor de la identidad de los pueblos en una
sociedad globalizada.
Esa constante
búsqueda de identidad y reflexión acerca del origen y memoria histórica del
pasado que es necesaria para conocer el presente, se hace visible en el
lenguaje propiamente técnico a través del cual, también se revela esa lucidez
que se irá advirtiendo y completándose conforme la obra va llegando a término.
Al principio del
documental la técnica queda en segundo plano con respecto al argumento esto es,
imágenes desenfocadas o con foco selectivo hacen que se genere un
“sub-contexto” en el cual se crea un camino paralelo que no es más que una
metáfora del punto en el que se encuentra la investigadora, en un mar de dudas,
contradicciones y desinformación acerca del tema concreto que eligió para su tesis:
la huella de la tradición islámica y la convivencia entre las tres culturas
existentes: la árabe, la judía y la cristiana.
A medida que la
investigación va tomando forma, a medida que sus dudas se van disipando gracias
a las entrevistas de expertos en la materia y a sus propias indagaciones, lo
técnico se torna ahora preciso, todo a foco y cuidadosamente controlado.
El documental es
un regalo para todos aquellos amantes del arte y la cultura en general, pero en
concreto, es una oda para los andaluces ya que nos hace re-pensar la idea de
nuestra identidad y cuánto nos hace únicos respecto a otros pueblos ya sean de
España como de Europa.
Se pone en valor
la riqueza cultural, testimonial, culinaria, sensorial, artística, científica y
de una lista larguísima de herencia que nos han dejado no sólo artistas
islámicos sino de las otras religiones que convivieron en esos siglos de paz en
los cuales se palpó la verdadera coexistencia y tolerancia cultural.
Entre los
entrevistados en el documental aparece el historiador y documentalista,
Sebastián de la Obra Sierra, actual director de la biblioteca de la Casa
Sefarad, en Córdoba el cual, tras el debate posterior, apostilló cómo la
historia siempre ha querido ser borrada por algunos, pero no siempre con el fin
deseado, algunos como Marcelino Menéndez Pelayo el cual, en su obra “Historia
de los heterodoxos Españoles”, consiguió el propósito contrario con el cual
escribió su obra.
A propósito de
borrar la memoria histórica, se plantea en el documental la problemática de los
planes de estudios en España y de cómo, el sistema educativo, pasa de manera
somera por encima de una etapa (que va desde los siglos VII al XIV), no
haciendo hincapié en los logros y huella tan importante que la comunidad
musulmana dejó en Al-Andalus.
En resumen, la
obra del ecijano es una oda a la conciencia histórica, a la memoria, a la
identidad de los pueblos y culturas que habitaron y configuraron nuestro
presente, a nuestras raíces, a reivindicar lo único de una tierra que fue y es
ejemplo para el presente y para reflexionar, defender y tutelar el patrimonio con
el que contamos.
Conxi Avilés